sábado, 31 de enero de 2009

Atrás, quedaron los miseros recuerdos, de una infancia marcada por el egoísmo, el maltrato y las circunstancias que me obligaron a perderme en mi mundo mental, tan vacío de ilusiones.
Si, quedaron atrás, el día que mis estudios obligatorios, acabaron mis obligaciones, empezó mi vida de mayor de edad, y mi primer viaje inolvidable hacia Formentera, una oferta de trabajo como pinche de cocina, se que acabaría estando entre fogones, mas tarde, pero al principio, me embarque desde valencia en un ferry, que nos dejaba allí, para pagar el viaje a Valencia, me tuvo que fiar, mi hermano mayor, una parte del dinero que él había cobrado a finales de mes.
Formentera, estaba habitada por ingleses, alemanes, franceses y españoles, había algun griego, holandes, noruego y rusos, pero minorías, yo solo fui al hotel Universe, frente al mar, donde me dieron una pequeña habitación con baño, y mi horario de trabajo, mi uniforme, y ver la presentación del lugar al que iba a trabajar
fogones, oficce, cuarto frio, salsero, y pastelería, almacen 1 , almacen 2, y camaras.
mi primer día de trabajo fue un dia flojo, ya que me estaba iniciando en este sector, me pusieron con Valeria, una mujer francesa que conocía mucho los trucos de la cocina moderna, pero que era difícil, sacarle algo, ya que era poco habladora, pero cocinaba de miedo, siempre le picaba los puerros, las zanahorias, las cebollas, ajos y demás, y si, la primera vez de los nervios, me corté.
Valeria fue en los primeros días muy importante para mi, mirando a sus manos aprendí, como se cogía un cuchillo, las maneras perfectas para picar cualquier cosas, brunoise, y juliana, me enseñó a hacer algunos platos, y me aficionó a la cocina tradicional.
Valeria, se portó como una madre, sus hijos estaban en Sochaux, mientras ella, venía los veranos a trabajar al hotel, el dueño mantenía un breve romance con la hermana de Valeria, por ello, mantenía un trabajo bien pagado, y bien aondicionado para ella.
Martín, el Chef, o jefe de cocina, ni me conocía casi, para él pasaba de inadvertido, estaba ahí, como unos cuantos chicos de mi edad, en cambio con Valeria, tenía un trato especial, sabía el talento de aquella mujer del norte de Francia, una mujer nacida en la posguerra de la segunda mundial, e hija de un chef conocido en La France, del cual Martín había aprendido mucho de los pocos escritos,que quedaron en su haber

3 comentarios:

Rebeca Borrero dijo...

Tienes formas muy bonitas de expresar la realidad de los recuerdos.
Asombroso

__ dijo...

Siempre especial, siempre real...
eres único.

Tesa evoluciona favorablemente ;)

Esperamos la continuación.

Un placer, Ignacio

tesa arranz dijo...

Querido Jean , me encanta tu biografía sigue, que ya me he enganchado. lEÍ JUNTOS NADA MÁS DE aNNA gAVALDA Y DESDE ENTONCES ADORO TU PROFESIÓN. aDORO ESE LIBRO QUE NO ME CANSO DE RECOMENDAR Y TENEIS ALGO EN COMÚN ESCRIBIS PARA LEER DEL TIRÓN. bESOS tesa