Jean cruzó la puerta de su casa después de haber quedado con Smile, Laura sentada en el sillón viendo la televisión, sonreía y esperaba una sonrisa de Jean, Pau gateaba por el salón, y éste abría los ojitos tras la llegada de su padre, un padre un poco cansado y con pocas ganas de jugar.
Jobim, y Jane Birkin, fueron protagonistas de la noche, y poemas de Verlaine para acompañar mientras las horas pasaban, y Laura deseosa de llenarse de amor nocturno.
Los 90 habían entrado con bastante energía, era el último año de la segunda decada de Jean, los treinta se acercaban, y todavía no estaba casado, la boda planeada para un 14 de Abril de 1990, desató locura e histerismo en la familia de Jean y de Laura, ya que se celebraba por fín la boda, en la misma fecha que el anniversario de la segunda república.
Podría haber habido boda en alguna iglesia como cualquier matrimonio, pero los padres de ambos compartían la misma idea. Los abuelos de ambos murieron en la guerra a manos del bando nacionalista en la batalla del Ebro.
A Jean lo de la iglesia, le daba un poco igual, querían casarse, y ese fue el resultado, una fiesta de amigos, y pocos invitados en las listas. Smile había sido invitada por Jean, y Germán uno de los primos de la novia, ya había movido el alfil para atacar a la reina, primer baile generoso de un Germán que dejaba de ser timido para bailar canciones de Patty Pravo, La Bambola, para después e intentar llegar a los labios con un par de temas de the Beatles.
Difícil era ligar a Smile, y más intentar llevarsela a la cama, fría como el hielo que acompañaba a la sangría de esa noche, y chica sensible, buena actriz, sabiendo llevar a Germán a apurarle demasiado para intentar sacarle defectos psicológicos.
Germán no derrotado en la batalla, movió su dama, amenazando al rey con jaque, y colocando uno de sus peones, amenazando a su torre, ella no movía y pensaba mirando a los ojos al joven y guaperas que solo pensaba en ganar esta batalla, y acabar en los labios de la chica que iba de rojo y negro.
La boda llegaba a su fin, y Sergio y Jaime los dos hermanos, ya estaban lo suficientemente borrachos, cantando canciones de U2, jugando con sus corbatas.
Smile bailó, se enrolló con Germán, pero nada más, demasiado fácil no podía ser, Smile se fue, algo jodida pensando "¡que coño hago yo en esta fiesta!", abrazó a Jean, dio dos besos a Laura, y les deseó lo mejor.
Breve elogio a la máquina
Hace 1 año
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