Salíamos los sabados por la tarde, habíamos fumado algunos canutos, y mi hermano mayor había traído de su viaje a Londres, un lp de un grupo llamado Kinks, corría el año 76, y mi hermano para aquel entonces empezó el servicio militaro obligatorio, por loque Londres, era el ultimo viaje antes de su estancia en el hotel Cuartel de Saboya, en Leganés, me quedaba sin mi hermano, algo que a mi me jodía mucho, tenía quince años por aquella época.
Marta, era de mi quinta, pero ella más rockera, le gustaba Asfalto, Led Zepellin, Deep Purple. John Lennon era nuestra única alianza, y los Stones, claramente, bastante agradable la chica, buen gusto musical y adoraba a Dalí, algo que yo no entendía mucho.
Pasaron los años, y ya con Jaime devuelto del Saboya, con ganas de empezar otro curso más del bachillerato y con ganas de tener ls 18 para saliy divertirme.
Marta pasó sin pena ni gloria por mi vida, solamente pasó, escondida sin hacer ruido, con pies de plomo (como me decia mi madre de pequeño), más bien, nos llegamos a enamorar los dos, para después odiarnos sin saber el porqué, quiza porque éramos jovenes y no entendíamos mucho de amor, quiza pq Bob Dylan no hechizó mas de la cuenta a Marta, y a mi Sartre no me hechizó tampoco con sus historias.
Llegó 1979, muy deprisa, en las discotecas yo bailaba alguna de Blondie, y Jaime me iba trayendo mas discos de Camden Town, de grups nuevos, Sex Pistols, Joy Division, y The Clash, estaban bien y perdí mi virginidad en la cama de Marta una noche a solas mientras sonaban los Supertramp, y mi virgo se escapaba por los paraísos feminos.
España era diferente, y mi padre pintaba cosas que yo ni comprendía, no sabía que quería decir esos cuadros tan raros. Jaime sentaba su cuerpo en la silla y apoyaba los codos contra el tablón de estudio que había en su habitación, filología inglesa, y a por un puesto en algún colegio o instituto de Madrid, aunque él adoraba el inglés, se había enamorado del francés tras unas canciones de Jacques Brel, y de Sylvie Vartan.
los 80 comenzaban y al final del 80, en plena mañana del 9 de diciembre, mi madre lloraba, pensé que había pasado algo en mi familia, mi padre pintaba rascacielos y unas gafas. mi hermano sentado en el sofa bebiendo leche, y yo con 19 años afeitandome, una llamada de Marta al telefonillo, no sabía lo que pasaba.
M- ven, abrazame, lo necesito
J-¿Qué os pasa hoy a todos?
M- que me abraces, ¡joder!
J- pero dime... que pasa
M- no lo sabes!
J- No,
M- por la noche...
J- ¡Que!
M- Mataron a John Lennon
Breve elogio a la máquina
Hace 1 año
1 comentario:
Querido jean , me ha encantado, tierna y preciosa, hermosa historia, dulce, amarga, fesaca, hirviente. Escribes con tal limpieza, que se hace corto, ameno, un canto de cuna en una cama de un motel de los 60. No se que decir....sin palabras. mi parte de escritora, quiere a tu parte de escritor. mua mua . todo un regalo .tesa
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