A Laura le fascinaba tocar el saxo, iba a clases los martes por la tarde, tenía un profesor bastante bueno, amigo de Ulises Montero, el que fue saxofonista de varios grupos de los 80, Laura, que había cambiado su pelo a morado, me fascinaba más. demasiado cool para mi, pero le quedaba bastante bien, he de reconocerlo, tocaba bien el saxo, mejoraba cada día y me sorprendía en alguna actuación en casa para mi.
Yo aun con 22 años seguía estudiando, me había propuesto sacarme la carrera de periodismo y así tener una columnita pequeña, en algun periódico de tirada nacional, mi padre que colaboraba en el PCE, y colaboraba con CC.OO, mi madre aun era una hippie liberal, ponía incienso, y adoraba a su queridisimo Jimy Hendrix, tuve la suerte de tener unos padres hippies, por aquella época no todos los padres eran así.
Como mi madre se pudo colocar en una casa taller en Malasaña, me tenía que ocupar de Sergio llevarle al cole, y ayudarle con los deberes, o sea, salr de la universidad y quedarme con el peque, y luego ir a ver a Laura, eran mis primeros días de septiembre del 83.
Laura cogió bastante cariño a Sergio, le trataba bastante bien hasta incluso le llevabamos al parque, y decía que Laura era la chica mas guapa del mundo, cosas de niños. Sergio exageraba bastante pero siempre quería estar con Laura, le caía mejor ésta, que la novia de mi hermano, claro que ellos vivían a su aire. Sergio se crió mas conmigo que con Jaime, era normal había bastante diferencia de edad, y yo tenía que llevar por buen camino a mi hermano pequeño.
Recuerdo que Pau le traía caramelos de piña a Sergio, siempre le traía caramelos, y decía mira lo que te he traído hoy, pues si te portas bien ya sabes que será tuya, era una bolsa llena de regalices pequeños.
Laura pasó un buen verano con Pau y conmigo, eramos buenos amigos, aun así Pau estaba un poco nostálgico, recordando la figura de Smile, un recuerdo precoz, para una mente tan intensa como la de Pau, que abandonaría Madrid a finales del 83 en busca de su sitio, se fue a Granada, un tiempo, necesitaba encontrarse, pero no, se perdió muchisimo, acabó arrodillado ante la cocaína, y la heroína, le iba marcando su propio destino.
Pasé los mejores momentos, con Pau, le debía una, y le saque del castillo de arena, que el se había construido con muros inmensos para que nadie pudiera entrar, me fui a por él al sur, y volvió a Madrid, bastante jodido y enganchado, era la primera vez que veía a un colega mio, que se iba al otro mundo. Laura me ayudó bastante, y le sacamos, pero no podíamos estar controlandole siempre, una noche cuando finalizaba el 83 bajo lluvias, una dosis de heroína, y un paso directo hacia el otro mundo.
Pau sin despedirse se había ido, lejos, no podía imaginarme que no estaría más con nosotros, fue uno de los peores golpes en mi vida.
Marta se enteró y me llamó
M- Jean, como estás, me entere ayer
J- jodido, Marta, bastante jodido, aun no me lo puedo creer
M- sabes que si necesitas, aquí estaré
J- lo se, pero necesito estar solo-
M- nos veremos algún día
J- quizá no lo se.
M- muy bien Jean, cuidate
J- Gracias Marta, adios
M- adios
Laura preguntó quien me había llamado, ella era un poco celosa, y conocía la historia que hubo entre Marta y yo, pero no le conté que había sido Marta, me exilié en los brazos y en los pechos de Laura, ahora la quería más que nunca.
Breve elogio a la máquina
Hace 1 año
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